jueves, 10 de julio de 2008

TESTIMONIOS

Hay muchas niñas y adolescentes que son maltratas, de manera “justificada”, porque no saben hacer bien el trabajo. Lamentablemente las familias que “dan” a sus hijas para trabajar no se interesan realmente de su situación y ello es aprovechado para abusar de las menores. El porcentaje de niñas golpeadas y violadas es alarmante








Todos los días tengo que darle la leche a la bebé de mi patrona. En la noche ella me levanta para que vaya a calentar el agua. Cuando reniega, porque su hijita llora, me pega de la nada y me dice cosas muy feas. Yo me pongo a llorar y me grita “Mierda, cállate, ¿tú también vas a hacer bulla?
Cuando le digo a mi mamá que me saque de ese trabajo, me dice que no puede porque le debe plata a la señora y me dice que agüeante no más.
Una noche el patrón entró donde dormía, yo estaba llorando porque extrañaba a mi mamá, yo creía que él era bueno y me iba a calmar, pero lo que hizo fue algo horrible, no lo puedo contar a nadie
”.

Melchora
Niña trabajadora de hogar de 11 años


“Me llevaron a Lima cuando tenía 7 años. Tenía varios hermanos y mi mamá dice que no tenía para darnos de comer. La patrona era muy renegona y yo le tenía miedo. Al año regresé a Huamachuco y me llevaron donde una familia para cuidar a sus hijos menores. Un día se murió un pollito del corral que ellos tenían. El señor me echó la culpa, agarró un palo y me golpeó en la cintura, grité y traté de correrme, pero no sentía mis piernas, me quemaba la cintura y, me desmayé. No me acuerdo más, luego desperté en otra casa. Me habían escondido. Yo tenía 9 años. Ahora que tengo 18, sigo teniendo miedo que me peguen en el trabajo”. Anita
Adolescente trabajadora del hogar