Cuando le digo a mi mamá que me saque de ese trabajo, me dice que no puede porque le debe plata a la señora y me dice que agüeante no más.
Una noche el patrón entró donde dormía, yo estaba llorando porque extrañaba a mi mamá, yo creía que él era bueno y me iba a calmar, pero lo que hizo fue algo horrible, no lo puedo contar a nadie”.
Melchora
Niña trabajadora de hogar de 11 años
“Me llevaron a Lima cuando tenía 7 años. Tenía varios hermanos y mi mamá dice que no tenía para darnos de comer. La patrona era muy renegona y yo le tenía miedo. Al año regresé a Huamachuco y me llevaron donde una familia para cuidar a sus hijos menores. Un día se murió un pollito del corral que ellos tenían. El señor me echó la culpa, agarró un palo y me golpeó en la cintura, grité y traté de correrme, pero no sentía mis piernas, me quemaba la cintura y, me desmayé. No me acuerdo más, luego desperté en otra casa. Me habían escondido. Yo tenía 9 años. Ahora que tengo 18, sigo teniendo miedo que me peguen en el trabajo”. Anita
Adolescente trabajadora del hogar