En el Perú existe una larga lista de trabajos peligrosos que realizan niños, niñas y adolescentes. El trabajo en minería artesanal de oro es el que más destaca. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cerca de 50,000 los niños, niñas y adolescentes trabajan en la minería artesanal de oro, particularmente en los departamentos de Madre de Dios, Puno, Arequipa, Ayacucho y La Libertad.
Los niños, niñas y adolescentes, trabajan con sus padres o para terceros en labores mineras artesanales debido a los siguientes factores:
1) Los ingresos del minero artesanal o del campesino son insuficientes para satisfacer las necesidades de su familia.
2) No existen servicios locales de educación, salud y nutrición, o son muy deficitarios para prevenir que los NATS realicen estas labores.
3) Las familias mineras conservan patrones culturales que justifican el trabajo de los
Niños, aunque sean de alto riesgo.
4) La minería artesanal se desenvuelve sin un marco adecuado de protección y promoción para un desarrollo sostenible. Los gobiernos locales no promueven un desarrollo real.
5) Los servicios públicos, es decir, del Estado, y los programas sociales llegan escasamente o no llegan a las poblaciones minero artesanales.
Las políticas que promueven la protección de la infancia y adolescencia que trabaja y la vigencia de sus derechos llegan débilmente o no llegan a estas zonas
¿Cómo esta problemática afecta a los NATS?
1) Los niños dedicados a la minería artesanal tienen menos posibilidades de desarrollar sus capacidades y es muy probable que como adultos no puedan satisfacer sus necesidades básicas ni las de sus familias. Es posible que sus hijos reproduzcan el patrón de trabajo infantil. Los NATS dedicados a la minería artesanal están condenados a repetir el círculo de la pobreza.
2) La salud de los NATS se ve seriamente afectada por las exigencias físicas, los riesgos y la contaminación de la minería artesanal. En el momento no sienten las consecuencias pero con el tiempo la condición física se debilita y surgen enfermedades. Muchos quedarán incapacitados.
3) La matrícula, el rendimiento y la permanencia de los niños en la escuela se ven en conflicto o postergados por el trabajo.
4) Las necesidades infantiles de protección, juego y afecto de los niños que trabajan,
se ven suplantadas por roles de adultos prematuros.
Se frustran las esperanzas de progreso de las familias y de los NATS minero artesanales, así como su posibilidad de contribuir al desarrollo humano del país.
Los niños, niñas y adolescentes, trabajan con sus padres o para terceros en labores mineras artesanales debido a los siguientes factores:
1) Los ingresos del minero artesanal o del campesino son insuficientes para satisfacer las necesidades de su familia.
2) No existen servicios locales de educación, salud y nutrición, o son muy deficitarios para prevenir que los NATS realicen estas labores.
3) Las familias mineras conservan patrones culturales que justifican el trabajo de los
Niños, aunque sean de alto riesgo.
4) La minería artesanal se desenvuelve sin un marco adecuado de protección y promoción para un desarrollo sostenible. Los gobiernos locales no promueven un desarrollo real.
5) Los servicios públicos, es decir, del Estado, y los programas sociales llegan escasamente o no llegan a las poblaciones minero artesanales.
Las políticas que promueven la protección de la infancia y adolescencia que trabaja y la vigencia de sus derechos llegan débilmente o no llegan a estas zonas
¿Cómo esta problemática afecta a los NATS?
1) Los niños dedicados a la minería artesanal tienen menos posibilidades de desarrollar sus capacidades y es muy probable que como adultos no puedan satisfacer sus necesidades básicas ni las de sus familias. Es posible que sus hijos reproduzcan el patrón de trabajo infantil. Los NATS dedicados a la minería artesanal están condenados a repetir el círculo de la pobreza.
2) La salud de los NATS se ve seriamente afectada por las exigencias físicas, los riesgos y la contaminación de la minería artesanal. En el momento no sienten las consecuencias pero con el tiempo la condición física se debilita y surgen enfermedades. Muchos quedarán incapacitados.
3) La matrícula, el rendimiento y la permanencia de los niños en la escuela se ven en conflicto o postergados por el trabajo.
4) Las necesidades infantiles de protección, juego y afecto de los niños que trabajan,
se ven suplantadas por roles de adultos prematuros.
Se frustran las esperanzas de progreso de las familias y de los NATS minero artesanales, así como su posibilidad de contribuir al desarrollo humano del país.
¿Qué dicen las leyes peruanas respecto a este problema?
En el año 2005, el Comité Directivo Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (CPETI) asume la tarea e elaborar el “Plan Nacional de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil”. Este Comité está conformado por los Ministerios de Trabajo, Educación, Salud y Minería. El objetivo es erradicar el trabajo infantil en la minería para el año 2015. El acuerdo supone catalogar el trabajo infantil y adolescente en la minería artesanal como una actividad ilegal, por ser de alto riesgo, y por lo tanto, ser factible de sanción (NO a los NATS sino a los que permiten que trabajen y a los empleadores). El CPETI también tiene oficinas descentralizadas. Los funcionarios de la región La Libertad, estuvieron en Huamachuco para un evento del Proyecto Amigo; lo que se pudo constatar es que no cuentan con los recursos mínimos para poder enfrentar el grave problema de los NATS en la minería artesanal. Algo parecido sucede con el sector de salud, de educación y la DREM (Dirección Regional de Energía y Minas).
A nivel de gobiernos locales, en el país existen muy pocos programas de atención a niños, niñas y adolescentes que trabajan. En la provincia de Sánchez Carrión no ha habido, ni se cuenta, con un plan de desarrollo que promueva el bienestar de los NATS. Quienes asumen esta tarea son organizaciones sociales que muchas veces no reciben el apoyo del gobierno provincial ni local.
La ineficacia del Estado, en los diversos niveles, es lamentable. Hay funcionarios que desean hacer políticamente lo correcto y se interesan por la infancia y adolescencia que trabaja, pero están limitados por un complejo sistema que les da leyes, reglamentos, pero no recursos. Ello refleja la poca consideración del actual gobierno central, respecto a las futuras generaciones, sobre todo con los sectores más pobres de la comunidad.
Si los NATS pudieran elegir legalmente a sus autoridades, así como revocarlas, otra cosa sería.